Mujeres anónimas y míticas se dan cita en estas narraciones adictivas, pletóricas de humor, suspense y erotismo. Mujeres como Úrsula, la modelo que esquiaba sobre una tela blanca, vestida tan solo con unas botas azules y un gorrito de lana gris. Mujeres como Natalia, una divorciada que no podía hacer el amor si no escuchaba canciones de Raphael. Y mujeres como Marilyn Monroe, la Gioconda, Romy Schneider o Jacqueline Kennedy.
Culos (Mujeres que yo amé) es un fino homenaje a la mujer y a la parte quizá más sensual de su anatomía.