“Dispuesto a terminar para siempre, Iñaki Dulac contemplaba la escopeta que tenía en sus manos. Admiró la culata de madera, los gatillos, el cañón doble con incrustaciones de plata. Sabía que ya nada podía cambiar en su vida, y decididamente no, no le interesaba este asqueroso mundo. Se metería el cañón en la boca y dispararía. Sobre sus hombros apenas iban a quedar el mentón y parte de los carrillos; esquirlas de hueso y carne salpicarían las paredes; manaría sangre durante unos minutos. Había llegado el momento de poner el punto final.”
Así comienza Esas horas tan breves, la primera novela y el séptimo libro que publicó Jesús Carlos Gómez Martínez. La obra había obtenido el Segundo Premio Torrente Ballester de Narrativa, fallado por un jurado presidido por el director de la Real Academia Española.